El pasado verano, un joven llamado Ali Sonboly se hizo con un arma y mató a nueve personas en Munich. Dos días después de la matanza, se supo que la había adquirido en el mercado negro de Internet, un lado desconocido de la Red del que mucha gente nunca ha oído hablar. Se llama Darknet. Pertenece a una dimensión oculta, conocida como Deep Web. Lo que habitualmente vemos también tiene nombre: Surface Web. Es solo la punta del iceberg.
Diferencias entre Surface Web, Deep Web y Darknet
La Surface web (web de la superficie) abarca todo lo que puede ser indexado por un buscador como Google o Yahoo, y solo supone un 4 % del contenido que existe en la Red. Cualquier persona puede acceder a ella utilizando los dominios .com, .es, .org…, y en ella no existe el anonimato, ya que toda la información queda registrada en las cookies de las páginas web.
La Deep Web (web profunda), en cambio, engloba a todo aquello que no está indexado por los buscadores, por ejemplo, bases de datos corporativas, registros de la Administración o intranets. El usuario no puede acceder a ellas directamente desde un motor de búsqueda, pero ahí están. La gran ventaja o característica es que el contenido almacenado no se puede rastrear, pero el hecho de que esta información sea inaccesible para cualquiera no significa que sea ilegal.
Por último, la darknet es una pequeña parte de la deep web cifrada y anónima, a la que solo se puede acceder con navegadores concretos que oculta las direcciones IP de sus usuarios y donde las personas comparten artículos y servicios la mayoría de las veces prohibidos.
¿Qué hay en la Darknet?
Para acceder a esta red se necesita el navegador Tor (The Onion Router, basado en Firefox). Una vez dentro lo más sencillo es utilizar Hidden Wiki, un índice de contenidos de páginas .onion (en lugar de .como o .es) que muestra un directorio de webs y servicios. Las transacciones se llevan a cabo a través de bitcoins (moneda digital) o Paysafe Card (tarjeta de pago anónima).
El anonimato es la principal ventaja de este tipo de red, pero también su gran debilidad, y por ello es recomendable desactivar el Javascript y el programa Flash. Además, si nos conectamos a través de WiFi deberíamos desconectar cualquier dispositivo como el móvil o la tablet, o tapar la webcam del ordenador.
Todas las precauciones son pocas. Cuando alguien navega por la red profunda está muy expuesto a cualquier ataque y, sobre todo, a ser víctima de una estafa. Si estáis interesados en asesoramiento para una estrategia digital adecuada, y sobre todo segura, os podemos ayudar.
Así, a través del navegador Tor podemos encontrar todo tipo de contenido como:
– Estafas (lavado de bitcoins, cuentas de payPal robadas, billetes o carnés falsificados…)
– Páginas para la compraventa de narcóticos (marihuana, éxtasis, cocaína…)
– Blogs y foros de intercambio de contenido e imágenes de toda clase (político, erótico)
– Cuentas premium (Spotify, Netflix…)
– Bibliotecas (ebooks, libros con copyright, libros sobre satanismo o teorías políticas…)
– Páginas dedicadas al mercado negro, explotación sexual, pornografía infantil…
– Servicios comerciales de armas y munición…
– Servicios de hacking (contratación de un hacker)
– Vídeos snuff (vídeos con violencia y asesinatos)
Hace un par de años, los gobiernos y las empresas de tecnología empezaron a darse cuenta de la peligrosidad y, sobre todo, de la amenaza que supone esta red, una realidad tan cercana ya que incluso se ha colado en los guiones de series como House of Cards.
Este territorio sin ley supone un paraíso para negocios ilícitos, pero también alberga servicios muy útiles.
La sensibilidad de sus contenidos hace que en algunos países como China tan solo cargar Tor ya esté considerado un delito. Pero si de algo estamos seguros es de que surgirán nuevas herramientas que facilitarán el uso de este tipo de mercados.